Síndrome del cuidador quemado ¿Qué es?
Alicia Martín Torres
Publicado el 24 de enero de 2024
Para poder detectar la sobrecarga en una persona que ejerce de cuidadora, en primer lugar es necesario explicar qué es la sobrecarga del cuidador o síndrome del cuidador quemado.
Qué es el síndrome del cuidador quemado
El síndrome del cuidador quemado se refiere al estado de agotamiento físico, cognitivo y/o emocional de las personas que dedican gran parte o todo su tiempo a cuidar de una persona (sea o no familiar) en situación de dependencia.
Cómo detectar sobrecarga: síntomas
Para detectar la sobrecarga del cuidador debemos observar signos de agotamiento físico o emocional, cambios en el estado de ánimo, estrés y/o cambios en la calidad del sueño.
Analizamos estos signos:
- Los signos de agotamiento físico, pueden incluir fatiga, problemas de sueño, dolores musculares, articulares, cambios en el apetito o disminución de la energía.
- A nivel emocional se puede manifestar como irritabilidad, cambios de humor, astenia, ansiedad y sentimiento de estar abrumado por la responsabilidad, aislamiento social, incluso puede aparecer resentimiento hacia la persona cuidada o hacia los que no le brindan apoyo.
- Las capacidades cognitivas se pueden ver afectadas por falta de claridad mental, dificultad en la concentración y olvidos frecuentes.
En estos casos, la comunicación es clave para comprender las necesidades del cuidador y brindar el apoyo que sea necesario.
Estos signos pueden ser detectados tanto por la misma persona cuidadora, como por su entorno. Es importante saber detectarlos, ya que no solo los sufre la persona, sino que en el entorno también puede generar conflictos, problemas y/o preocupación (tanto en el núcleo familiar como en el laboral y en el social)
En cualquier caso, nunca es beneficioso para la persona cuidada, que es quien más sufre las consecuencias de esta sobrecarga.
¿Qué hacer si detectamos sobrecarga?
La sobrecarga del cuidador requiere atención y es importante. Por ello podemos valorar el caso concreto de cada persona para:
- Adecuar los apoyos necesarios para poder llevar a cabo las actividades o tareas diarias con la persona cuidada, ya sean productos de apoyo, adaptaciones del hogar, o apoyo físico de otra persona.
- Prevenir problemas de salud mental del cuidador, que ponen en peligro tanto a la persona que cuida, como a la persona cuidada, ya que la sobrecarga mental nos puede hacer cometer errores tales como correcta organización/aplicación de la medicación.
¿Qué podemos hacer para evitar la sobrecarga del cuidador?
Como siempre decimos, lo más importante para cuidar, es ser cuidado, por ello estos puntos son muy importantes:
- Pedir ayuda: tanto dentro del núcleo familiar y social como en el plano profesional, es importante verbalizar las dificultades y compartirlas para obtener ayuda y otros puntos de vista. Buscar apoyo profesional tanto si necesitamos un apoyo físico de una persona que nos ayude en el cuidado en sí, como si necesitamos un profesional que nos ayude con la gestión emocional de las implicaciones que tiene cuidar de una persona en situación de dependencia, ya que a menudo la carga emocional es muy alta. En este punto es importante reconocer los propios límites, respetarlos y aceptarlos, evitando asumir más de lo que podemos.
- Cuidado personal: sacar tiempo para cuidar de uno mismo, realizar algún deporte o tomar tiempo para descansar o hacer alguna actividad que nos guste, desconectando de la rutina diaria de los cuidados.
- Vida social: quedar con amigos y personas cercanas para hablar y comentar tanto tu realidad como la de los otros, ver otros puntos de vista y comentar otras situaciones diferentes, seguir conectado con otras realidades, con tu contexto más cercano y el más amplio.
- Descanso: programar descansos diarios dentro de la rutina, con un tiempo libre para desconectar, y respetar los horarios de sueño procurando un mínimo de ocho horas continuas para garantizar un buen descanso.
- Recursos: conocer los recursos comunitarios, buscar empresas, asociaciones y/o grupos que tenemos a nuestro alrededor que pueden brindarnos ayuda y/o apoyo.
En la sobrecarga cada caso es diferente, pero si lo detectamos debemos intentar dar apoyo
La sobrecarga del cuidador es una situación muy común tanto en cuidadores profesionales, como en cuidadores no profesionales (familiares, personas cercanas, etc). Por ello, es importante ser conscientes de la problemática que implica esto tanto para las personas cuidadas como para las cuidadoras, ya que no es algo que afecte de forma individual y directa.
Esta sobrecarga afecta, como hemos indicado anteriormente, en primer lugar a la persona cuidada, pero también afecta al entorno familiar, social y laboral de la persona que cuida, con consecuencias en cada una de las áreas.
A veces no es fácil reconocer esta situación, ya sea por cuidar de un familiar directo en donde sentimos la responsabilidad de ocuparnos, como si se trata de nuestro trabajo y nos sentimos frustrados al no poder abarcar estos cuidados como se supone que se puede hacer.
El mundo de los cuidados no es exacto, cada persona, hogar, familia, contexto es diferente y si estamos sufriendo esto, es sano verbalizar y buscar apoyos.
Por este motivo, si conocemos a alguna persona que pensamos que pueda estar pasando por esta situación, no hay que ser invasivos, pero sí ayudar en el reconocimiento de la situación y acompañar para buscar la ayuda y/o los apoyos adecuados.
Alicia Martín Torres
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