Deshidratación en ancianos: ¿Cómo prevenirla y porqué sucede?
Lorena Villa García
Publicado el 9 de marzo de 2022
El agua es esencial para la supervivencia humana, es el componente principal del cuerpo humano representando. La deshidratación en ancianos es una deficiencia en el agua corporal total. A menudo, se acompaña de alteraciones en el balance sales minerales o electrolitos.
¿Cuáles son los síntomas de una deshidratación en ancianos?
Leve: Boca seca, disminución orina y concentrada, disminución concentración, hormigueo, somnolencia, impaciencia, inestabilidad emocional, desorientación-confusión, caídas, estreñimiento, y náuseas
Moderada: Aumento de la temperatura, taquicardia, polipnea, disnea, mareos, confusión mental, caídas, debilidad muscular, cianosis, oliguria, estreñimiento, infecciones.
Grave: Espasmos musculares, delirios, problemas de equilibrio y de circulación, lengua hinchada, fallo renal, hipovolemia, disminución de la presión arterial, cianosis, infecciones
¿Cuáles son las consecuencias de la deshidratación en adultos mayores?
Las consecuencias dependen de la severidad y del tiempo que haya estado ocurriendo la deshidratación. Además de las nombradas anteriormente, también se incluyen:
- Aumento de la mortalidad
- Mayor riesgo de ingreso en el hospital o de ingresos repetidos
- Estreñimiento
- Deterioro de la función cognitiva
- Mayor riesgo de caídas
- Hipotensión ortostática
- Disfunción salival
- Control hiperglucémico deficiente en la diabetes
- Hipertermia
¿Qué causa la deshidratación en las personas mayores?
La deshidratación en las personas mayores a menudo se debe a la ingesta inadecuada de agua, pero también puede ocurrir por muchas otras razones, como por ejemplo: fiebre, quemaduras, diarrea, vómitos, enfermedades como la diabetes, así como un efecto secundarios de ciertos medicamentos.
¿Qué factores aumentan el riesgo de deshidratación en personas mayores?
- Edad: ≥ 85 años
- Sexo femenino
- Toma de más de 4 medicamentos
- Toma de diuréticos, laxantes, fenitoína.
- Soledad
- Patología aguda (fiebre, vómitos, diarrea…)
- Comorbilidad (diabetes mellitus…)
- Ejercicio físico intenso.
- Calor ambiental.
- Infecciones/quemaduras.
- Movilidad reducida.
- Disminución de la agudeza visual
- Deterioro de las capacidades físicas y cognitivas.
- Ingesta de alcohol.
- Trastornos gastrointestinales.
- Renuncia a beber debido al miedo a la incontinencia
- Documentación inexacta de la ingesta de líquidos
¿Cómo prevenir la deshidratación?
La concienciación de las personas mayores, de sus familias y de sus cuidadores/as respecto a la deshidratación y sus consecuencias es esencial para la prevención de la misma.
Las principales recomendaciones para prevenir la deshidratación en los ancianos son:
- Garantizar una adecuada ingesta de líquidos.
- Según el estado de la persona, su médico/a o enfermera, le informará del tipo de agua y del volumen de ingesta necesario adecuado a su condición de salud. Evitar, en general, el agua con gas.
- Tome el agua a una temperatura entre 12-14º.
- No es necesario que toda la ingesta de líquidos sea exclusivamente de agua, también puede tomar caldos, sopas, gelatinas, etc.
- Consuma con moderación el café y el té ya que pueden tener un efecto diurético.
- Beba a pesar de no tener sed a lo largo del día. Evite las últimas horas de la tarde-noche, para evitar despertares nocturnos.
- Tome alimentos sólidos ricos en agua como las verduras y frutas.
- Evite el alcohol y las bebidas azucaradas.
- Uso de prendas y calzado adecuado a la estación (ligera, transpirable y holgada)
- Extremar cuidados en horas de calor: evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, no realizar ejercicio físico en horas de mayor intensidad, mantener la casa ventilada, uso de sombreros o gorras.
- Consulte con su referente de Qida o su enfermera o médico de atención primaria si sospecha de signos de deshidratación.
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Lorena Villa García
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