Trastornos de depresión y ansiedad en la tercera edad
joanamayorpla
Publicado el 24 de enero de 2023
A lo largo de nuestra vida, todos hemos podido sentir, en diversos momentos, un estado ansioso ante alguna situación. Aunque es más habitual en la edad adulta, no debemos descuidar lo que puede suponer la depresión y la ansiedad en la tercera edad.
La ansiedad, es caracterizada por intranquilidad, insomnio y tensión muscular, es un fenómeno común en el ser humano.
Pero cuando esos síntomas son constantes y se presentan incluso después que la causa de la ansiedad se ha solucionado o desaparecido y llegan a alterar las rutinas diarias y la calidad de vida de la persona, se dice que se ha producido un desorden o trastorno de ansiedad.
La ansiedad es reflejada con múltiples síntomas que son confundidos con otras muchas enfermedades, pero tras lo largo de los años y tras muchos estudios esta es conocida como: “El gigante geriátrico silencioso”, debido a que con una prevalencia que va del 10 al 20%, son dos veces más frecuentes que la demencia (8%) y de cuatro a ocho veces más frecuentes que la depresión (1-3%) en las personas mayores de 65 años.
1 Tipos de trastornos de ansiedad:
- El desorden generalizado de ansiedad.
- Las fobias.
- El trastorno obsesivo compulsivo.
- El síndrome del estrés post traumático.
- Los ataques de pánico.
* Siendo el desorden generalizado de ansiedad y las fobias, los tipos más frecuentes en las personas mayores.
2 Síntomas de la ansiedad:
- Sensación de intranquilidad y de que algo inminente va a suceder.
- Sentirse amenazado y vulnerable y que por tanto uno va a ser incapaz de poder controlar la situación que se presente.
*Debido a que algunos de estos síntomas —falta de aire, dolor de pecho, dolor de cabeza o adormecimiento de manos y pies— se superponen a los síntomas de otras enfermedades, la ansiedad se hace más difícil de reconocer.
3 Las condiciones que predisponen a una persona mayor de sufrir ansiedad son:
- Ser mujer.
- Tener fragilidad física y emocional.
- Sufrir de algún tipo de enfermedad crónica.
- Haber perdido soporte social.
- Haber sufrido un trauma reciente.
- Usar múltiples medicamentos.
- Vivir solo.
- Tener una baja educación formal.
- Pensar que se tiene mala salud.
- Tener limitaciones físicas que dificultan las actividades diarias.
- Haber sufrido eventos adversos en la infancia.
- Haber sufrido acontecimientos vitales estresantes.
Depresión en la tercera edad
La depresión es una enfermedad mental. Es un trastorno del estado de ánimo en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante semanas o por más tiempo.
La depresión en los adultos mayores es un problema generalizado, y no es una parte normal del envejecimiento. Con frecuencia, no se reconoce ni recibe tratamiento.
1 Causas de la depresión en la tercera edad
En los adultos mayores, los cambios en la vida pueden incrementar el riesgo de depresión o llevar a que la depresión existente empeore. Algunos de estos cambios son:
- Mudanza del hogar, como por ejemplo a un centro de la tercera edad: Es el cambio en la rutina diaria, en los horarios establecidos, en el cambio del entorno, en el ámbito social…
- Dolor o padecimiento crónico.
- Hijos que dejan el hogar: Se conoce como el síndrome del “nido vacío”, el cambio de rol en la pareja o en el individuo tras que los hijos se marchan del hogar y deben de asumir nuevos roles y patrones de comportamiento.
- Cónyuge y amigos cercanos que mueren: La falta de red social y/o familiar.
- Pérdida de la independencia (por ejemplo, problemas para cuidarse sin ayuda o movilizarse, o pérdida de los privilegios para conducir): La pérdida de autonomía personal.
La depresión también puede estar relacionada con un padecimiento físico, como:
- Trastornos tiroideos.
- Mal de Parkinson.
- Enfermedad del corazón.
- Cáncer.
- Accidente cerebrovascular.
- Demencia (como mal de Alzheimer).
El consumo excesivo de alcohol o de determinados medicamentos (como los somníferos) puede empeorar la depresión.
Tratamiento desde el hogar y el acompañamiento. Cuidadoras a domicilio.
Además de utilizar ayuda psicológica o ayuda farmacéutica, en algunos casos, cuando una persona mayor tiene la ayuda de un profesional dentro del hogar (una cuidadora y/o un cuidador), puede realizar diversas actividades, para mejorar estos trastornos, además de proporcionar un apoyo constante y ayudar en la mejora del usuario. Para ello se puede:
- Realizar junto al usuario un plan diario de actividades: Con actividades básicas del día a día que se deben de realizar y actividades que nos resulten gratificantes.
- Realizar, en la medida de lo posible, actividad física, si puede ser al aire libre.
- Mejorar las relaciones sociales, tanto con la propia cuidadora, como en un entorno social, como centros de día, centro de jubilados, vecinos, amigos..
- Mejorar la autoestima, mediante diversas actividades, como puede ser hacer ejercicios mediante tablas de cosas que realizamos bien, cosas que se me dan bien.
joanamayorpla
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