Demencia senil ¿Porqué no debemos llamarla así?
Patricia Madurga
Publicado el 17 de julio de 2024
La demencia es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, deteriorando sus funciones cognitivas y habilidades sociales.
A menudo se habla de «demencia senil» para referirse a esta condición en personas mayores, pero este término es incorrecto y desactualizado. En este artículo, exploraremos qué es la demencia, por qué el término «demencia senil» es inapropiado, y qué tipos de demencia existen. También analizaremos los síntomas iniciales, los tipos de demencia, y si es posible prevenir esta enfermedad.
¿Qué es la demencia senil?
La «demencia senil» es un término antiguo que se utilizaba para describir el deterioro cognitivo en personas mayores. Sin embargo, la demencia es un término más amplio que se refiere a una serie de enfermedades neurodegenerativas que afectan las funciones cognitivas, la memoria, y la capacidad de realizar actividades diarias.
¿Por qué es incorrecto hablar de demencia senil?
El término «demencia senil» es inapropiado porque sugiere que la demencia es una parte normal del envejecimiento pero esto no es cierto.
La demencia es causada por enfermedades específicas que afectan el cerebro, y no todas las personas mayores la desarrollan. Además, este término es impreciso y no refleja las diferentes formas de demencia que pueden presentarse a distintas edades.
La demencia puede ser causada por diversas enfermedades como por ejemplo la enfermedad de Alzheimer entre otras.
¿Cuáles son los primeros síntomas de la demencia?
Los primeros síntomas de la demencia pueden variar dependiendo del tipo, pero en general incluyen:
- Pérdida de memoria: Dificultad para recordar información reciente o eventos importantes.
- Deterioro cognitivo: Problemas con el pensamiento, la planificación y la toma de decisiones.
- Problemas con el lenguaje: Dificultad para encontrar las palabras correctas o seguir una conversación.
- Desorientación: Confusión sobre el tiempo, el lugar y las personas.
- Cambios en el comportamiento: Alteraciones en la personalidad, la conducta y el estado de ánimo.
- Dificultad para realizar tareas cotidianas: Problemas para llevar a cabo actividades que antes eran rutinarias, como cocinar o manejar dinero.
Estos síntomas pueden ser sutiles al principio y empeorar con el tiempo, afectando gradualmente la capacidad de la persona para llevar una vida independiente y autónoma. Teniendo que recurrir a cuidadores para personas con demencia.
¿Qué tipos de demencia existen?
Existen varios tipos de demencia, cada uno con características y causas específicas:
Enfermedad de Alzheimer
La forma más común de demencia, que representa entre el 60% y el 80% de los casos. Se caracteriza por la acumulación de placas y ovillos en el cerebro y se caracteriza por la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo.
Demencia vascular
Causada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares o problemas con el flujo sanguíneo al cerebro. Representa aproximadamente el 10% de los casos de demencia.
Demencia frontotemporal
Afecta principalmente los lóbulos frontales y temporales del cerebro, responsables de la personalidad, el comportamiento y el lenguaje. Es menos común, pero tiende a presentarse a una edad más temprana. Afecta principalmente la personalidad, el comportamiento y las habilidades sociales.
Demencia con cuerpos de Lewy
La demencia con Cuerpos de Lewy está caracterizada por la presencia de estructuras anormales en el cerebro llamadas cuerpos de Lewy, que afectan el pensamiento y el movimiento. Similar al Alzheimer, pero también incluye síntomas como alucinaciones y problemas de movimiento similares al Parkinson.
Demencia mixta
Combina características de más de un tipo de demencia, como el Alzheimer y la demencia vascular.
¿Es posible prevenir la demencia?
Actualmente, no existe una forma segura de prevenir la demencia, pero ciertos hábitos y medidas pueden reducir el riesgo o retrasar su aparición:
- Mantenerse físicamente activo: El ejercicio regular mejora la salud cardiovascular y puede ayudar a mantener el flujo sanguíneo al cerebro.
- No fumar: El tabaquismo está asociado con un mayor riesgo de enfermedades vasculares, que pueden llevar a la demencia vascular.
- Alimentación saludable para ancianos: Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, y ácidos grasos omega-3 puede apoyar la salud cerebral.
- Estimulación mental: Actividades que desafíen la mente, como leer, aprender nuevas habilidades o jugar juegos de memoria y estrategia, pueden mantener el cerebro activo.
- Socialización: Mantener relaciones sociales y participar en actividades comunitarias puede tener un efecto positivo en la salud cognitiva.
- Control de enfermedades crónicas: Mantener bajo control enfermedades como la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto puede reducir el riesgo de demencia.
Conclusión
En resumen, aunque no podemos prevenir completamente la demencia, adoptar un estilo de vida saludable puede ayudar a mantener el cerebro en buena forma y reducir el riesgo de desarrollarla.
La demencia es un desafío importante para la salud pública y la vida de las personas afectadas y sus familias. Es crucial entender que el término «demencia senil» es desfasado y no refleja la diversidad y complejidad de las enfermedades que causan deterioro cognitivo.
Al reconocer y comprender mejor los distintos tipos de demencia y sus síntomas, podemos estar mejor preparados para abordar esta condición y apoyar a quienes la padecen.
Patricia Madurga
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