La historia de Carmen, cuidadora de familias Qida

Sara Pacheco

Sara Pacheco

Publicado el 6 de junio de 2024

La historia de Carmen, cuidadora de familias Qida
Desde nuestra oficina de Bilbao, hemos entrevistado a una cuidadora de familias Qida. Carmen es una mujer que lleva trabajando 16 años como cuidadora de personas mayores, los dos últimos años con familias Qida.

Primeras experiencias como cuidadora

Durante este encuentro, Carmen nos contó sus inicios en el sector de los cuidados. Tras un breve periodo cuidando de niños y niñas, comenzó su primera experiencia al cuidado de una persona de 96 años como interna. Con esta experiencia, Carmen se dió cuenta de que se sentía mucho más cómoda atendiendo a este colectivo. A pesar de que la persona que atendía presentaba dificultades para expresarse, tras acompañarle y ayudarle a diario, observaba que se mostraba contenta cuando llegaba y escuchaba su voz. Le trataba con mucho cariño, lo que convertía su trabajo en algo más cercano y personal. Ese fue el momento en el que puso en la balanza lo que más le gustaba y motivaba. Ella se crió junto a sus abuelos, a los cuales acompañó hasta su fallecimiento. Para Carmen, esta vinculación personal ha podido ser la base para sentirse tan a gusto en este trabajo, ya que le trae muchos recuerdos del tiempo pasado con ellos. cuidadora y trabajadora de qida sentadas sonriendo frente a la cámara

Valoración de su profesión

Durante los siguientes años, Carmen ha ido moderando su carácter para adaptarse a las necesidades de cada persona. Lo que más valora es la paciencia que ha adquirido y mantiene. Entre las personas con las que ha trabajado, se ha encontrado diferentes personalidades, limitaciones en la comunicación, en la movilidad o en la capacidad cognitiva, caracteres fuertes, etc. Ella nos comentaba que “valorar la experiencia de cada persona, lo que son, es muy importante. Cada hogar y cada casa es diferente” Para ella, es clave el respeto a las personas mayores, así como a su privacidad y su espacio. Destaca como ejemplo, la ayuda en actividades básicas como el vestido y la higiene, momentos en los que ha comprobado que respetar la intimidad, mostrarse disponible y ofrecer tiempo son clave para fomentar mayor confianza. En sus propias palabras: “Hay personas que al principio no te dejan que les bañes o les mires. Yo ahí trato de hacer que se sientan cómodas y tranquilas. Doy espacio y me muestro disponible para lo que pidan”. Además, añade que de la misma confianza que empiezas a brindarles, creo que empiezan a cogerte más cariño”. Además, Carmen pone sobre la mesa la importancia de establecer vinculaciones de confianza entre todos los implicados en el cuidado para favorecer la estabilidad en un servicio. En sus palabras:
“El cambiar de casa y de persona afecta a todas las partes. Las personas usuarias están nerviosas y no duermen bien. Las familias están preocupadas, tienen que volver a empezar de cero, enseñar y aprender… A mi tampoco me gusta cambiar de casa, a mi también me afecta empezar de nuevo. Mentalmente genera miedo, piensas: ¿Cómo va a ser y cómo me van a recibir?”

La importancia de la adaptabilidad

Mientras está trabajando, a Carmen le reconforta saber que las personas a las que cuida mantienen una buena calidad de vida y ella puede contribuir a cubrir las necesidades de atención. “Me quedo muy tranquila cuando al salir del trabajo, los hijos y la persona a la que atiendo se quedan también tranquilos”, explica Carmen. Trabajar en el acompañamiento es un proceso y Carmen es consciente que a veces hay que adaptarse a los cambios, por lo que mantenerse comprometida para adaptarse a los mismos es clave para ella. Me gusta saber que he hecho bien mi trabajo, y si hay algo a mejorar, buscar estrategias para mejorar en el día a día, añade Carmen.

Sus inicios en la comunidad Qida

Hace 2 años, durante un periodo de búsqueda activa de empleo, Carmen conoció a Qida a través de Internet. Tras inscribirse en la página web y recibir el primer contacto, nos relata cómo fueron sus entrevistas con el Área de Personas Cuidadoras. Se acuerda que una de ellas fue por videollamada y duró aproximadamente una hora. Carmen refiere que cuando conoció a la profesional que le entrevistó le dio mucha tranquilidad porque su amabilidad le hizo sentirse cómoda para soltarse y contar su desempeño en trabajos anteriores. Hasta el momento había trabajado mayoritariamente con particulares y esto era una experiencia diferente para ella. Tras las entrevistas, la primera llamada para empezar a trabajar llegó muy rápido. Desde entonces, Carmen ha continuado trabajando para familias Qida hasta la actualidad. Desde Qida queremos agradecer el desempeño de Carmen y destacar que las familias a las que ha acompañado nos siguen reafirmando su profesionalidad, respeto, empatía y cariño, aspectos que sigue demostrando en su trabajo diario.
Sara Pacheco

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