El concepto de autodeterminación y su relación con la calidad de vida del adulto mayor.
Alicia Martín Torres
Publicado el 27 de marzo de 2024
La autodeterminación es la capacidad que tiene una persona para tomar sus propias decisiones y controlar su vida en base a sus valores, preferencias y creencias.
Esto juega un papel muy importante a lo largo de nuestra vida en todas las etapas, pero a medida que envejecemos, la relación entre calidad de vida y autodeterminación es significativa.
Durante la vejez, la capacidad de tomar decisiones puede ayudarnos a mantener un sentido del propósito y significado de la vida, influye en nuestro bienestar emocional, nuestra salud física y en la participación social.
Claves para mejorar el bienestar gracias a la autodeterminación
- Bienestar emocional: las personas que tienen la capacidad de tomar decisiones y/o mantener el control sobre las decisiones personales y vitales experimentan un mayor sentido de satisfacción y bienestar emocional, además puede reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. De igual manera mejora la autoestima y la confianza.
- Salud física: el sentido de autodeterminación, puede fomentar comportamientos saludables, ponemos la responsabilidad de la propia salud en la persona para promover estos hábitos, apoyados en su propia decisión y valoración personal.
- Participación social: mantener relaciones y participación social significativa para la persona, puede evitar el aislamiento social y promover un envejecimiento activo por medio de la motivación personal.
¿Qué podemos hacer para promover la autodeterminación en el adulto mayor?
Es importante que la persona sienta que tiene control sobre el rumbo de su vida, por ello es fundamental promover la toma de decisiones dando la información adecuada y adecuar el discurso si es necesario para su comprensión. Si no es posible esta toma de decisiones siempre fomentaremos su participación en la medida de lo posible y tendremos en cuenta su historia de vida o sus vivencias para ello.
Respetar su autonomía e independencia y saber diferenciar ambas es muy importante en la promoción de la autodeterminación.
Definiremos la autonomía como la capacidad para la toma de decisiones y la independencia como la capacidad para realizar actividades y tareas por uno mismo.
Una persona puede ser autónoma pero dependiente, esto hay que saber diferenciarlo y prestar atención a las preferencias y las decisiones de una persona, pese que físicamente no pueda realizarlas por sí misma.
Para poder respetar esto, es necesario proporcionar opciones y oportunidades para el control de las propias decisiones.
¿Qué consecuencias puede ocasionar la falta de autodeterminación?
En contraposición a esto, la falta de autodeterminación puede traer consigo:
- Dependencia. Con la falta de autonomía, llega la dependencia con el consiguiente sentimiento de inutilidad y la posible progresiva pérdida de capacidades.
Por ejemplo: tenemos una persona que presenta dificultades para el vestido; ¿podemos darle a elegir la ropa (gustos, preferencias)? ¿Podemos darle el tiempo o las adaptaciones que necesite para que lo pueda hacer de manera independiente o con cierta independencia?
- Pérdida de autoestima: la pérdida de control sobre la propia vida, trae como consecuencias la pérdida de confianza, dando paso a sentimientos de tristeza y pérdida de valía.
- Impacto en la salud mental y cognitiva: sentir falta de control puede contribuir al desarrollo de problemas de salud mental tales como ansiedad y depresión. A nivel cognitivo, el dejar de tomar decisiones o no tener que ocuparse sobre los aspectos que le rodean diariamente, es una falta de estimulación diaria. que puede impactar negativamente sobre la autodeterminación.
- Limitación de oportunidades y aislamiento: como hemos visto anteriormente, la participación en actividades significativas promueve un envejecimiento activo. Por lo contrario, la falta de autonomía puede restringir estas oportunidades limitando la participación social.
Promover la autodeterminación en la vejez es clave para un envejecimiento saludable y satisfactorio
Fomentar la autodeterminación en las personas mayores es esencial para preservar su calidad de vida. Al promover la autonomía e incentivar su independencia, contribuimos significativamente a un envejecimiento más saludable y gratificante.
A nivel familiar y como cuidadores formales e informales, preguntar, facilitar la toma de decisiones en cualquier grado, tener en cuenta la historia de vida, las creencias y las particularidades de la persona, va a favorecer el mantenimiento de la autodeterminación, la adecuación de los cuidados y el bienestar emocional y físico de los familiares y personas que cuidamos. Además, como sociedad, es fundamental reconocer y respaldar la autodeterminación, evitando la adopción de estereotipos negativos sobre la vejez o actitudes discriminatorias basadas en la edad. Estos prejuicios pueden subestimar las capacidades de las personas mayores, llevando a comportamientos de sobreprotección o infantilización que les niegan el control, la toma de decisiones y su participación activa en la comunidad.
Alicia Martín Torres
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