Artículo de Ingrid Bullich, Responsable de Enfermería del Área del Paciente Frágil y Dependiente · Parc Taulí Hospital Universitari
Ingrid es Diplomada en Enfermería por la Universitat de Barcelona (UB), especialista en enfermería geriátrica y Doctora en Ciencias enfermeras por la Universitat de Barcelona. Ha realizado también un Máster en Cuidados paliativos y en Liderazgo y gestión de servicios de enfermería por la Universitat de Barcelona.
Recientemente, se ha incorporado en el Parque Taulí de Sabadell como Jefe de Enfermería del área de Paciente Frágil y Dependiente.
El envejecimiento de la población, la prevalencia de enfermedades crónicas y las necesidades más complejas de atención requieren de un cambio de modelo de atención y una reorganización del sistema sanitario para dar una respuesta adecuada a cada persona.
La ACP se define como la atención que se consigue cuando se pone la persona en el eje donde interactúan: la intervención basada en la evidencia científica, organización del servicio, el equipo, la interdisciplinariedad y el ambiente.
El modelo de ACP se dirige a identificar las necesidades de la persona de forma proactiva y precoz, también sus valores, creencias y preferencias. A la vez, basa la atención en la evidencia científica disponible y la adapta a las características de cada individuo. Garantiza que la persona (o las personas de su entorno familiar o cuidador) disponga de información sobre el proceso que está viviendo y participe en la toma de decisiones junto con los profesionales para determinar los objetivos asistenciales y el plan de atención que guiará la acción de todos los profesionales para ofrecer una atención integral.
La continuidad de cuidados (transiciones) y la coordinación entre servicios y ámbitos (trabajo colaborativo entre profesionales, dentro del sistema sanitario, y entre el ámbito sanitario y el social) acontecen aspectos clave para ofrecer verdaderamente una atención integral a las personas.
La ACP en las personas mayores puede proporcionarse en diferentes servicios, centros y organizaciones, tanto sociales como sanitarias, como uno de los elementos clave en la mejora de la calidad a las personas grandes, donde la interdisciplinariedad tiene un papel fundamental y donde la persona y su familia (o personas cuidadoras) forman parte del equipo interdisciplinario.
Dentro del equipo, el rol del personal de enfermería toma especial valor en la valoración integral y en el plan de atención en base al modelo de cuidados integral a la persona mayor y su familia (o personas del entorno cuidador), que abarca desde la prevención de la enfermedad, la promoción y la recuperación de la salud hasta la atención al final de la vida.
La enfermera tiene una función propia, aunque comparte funciones con otros profesionales, y trabaja con el plan de cuidados (proceso que en base a un modelo de enfermería incluye la valoración, el diagnóstico de enfermería, la definición de objetivos, las actividades a implementar y la evaluación) como instrumento de atención de enfermería centrada en la persona grande. El desarrollo de rol de enfermería y el logro de su mayor potencial en las organizaciones, independientemente del ámbito de atención, depende del entorno de trabajo o contexto organizativo, que se define como aquellas características organizacionales que facilitan o dificultan su práctica y que incluyen: la autonomía; el modelo de atención; el nivel de enfermería; el reconocimiento y la promoción en base a la preparación y experiencia; el desarrollo profesional y; el apoyo y la colaboración con gestores y otros profesionales.